miércoles, 2 de octubre de 2013

3.3 Conversión de texto a hipertexto



Uno de los problemas con que nos encontramos a la hora de elaborar una material hipermedia, es que "tenemos la tecnología, pero estamos en proceso aún de inventar el lenguaje y las convenciones de este nuevo medio de comunicación" (Cotton y Olivier, 1993 en Adell, 1996). Este problema se acrecienta cuando pretendemos crear materiales hipertextuales a partir de materiales escritos ya existentes y, por tanto, concebidos originariamente de manera secuencial.

El material impreso presenta una estructura lineal, donde el lector/usuario accede a la información de acuerdo a una secuencia determinada por el propio autor. En cambio, la estructura de un hipertexto implica una nueva forma de construir el conocimiento respecto al texto tradicional. Por otra parte, el hipertexto presenta una capacidad para enfatizar la intertextualidad de la que carece el texto encuadernado en un libro al permitir un acceso más rápido al material adicional.


Debemos evitar un hipertexto lineal, propio del texto escrito. Cuando transferimos textos impresos a hipertexto lo primero que hacemos es convertirlos en pequeños bloques de texto que luego uniremos en múltiples trayectos o recorridos.

"Es importante tener claro que la unidad básica de información de un documento hipertextual no es la página sino la pantalla; lo que se presenta en ella no tiene por qué sujetarse a las normas comúnmente aceptadas de cómo se debe distribuir la información en una página de papel" (Baeza, 1996).

Existen en el mercado una serie de programas que facilitan la conversión de un texto escrito en un documento con formato html para el Web1; sin embargo, estos programas se limitan a traducir el texto al lenguaje de programación html, manteniendo, por lo general una estructura lineal.

A partir del análisis realizado hasta el momento consideramos una serie de principios a tener en cuenta respecto a:

1. Estructuración del conocimiento.

Mientras que en un texto escrito la secuencia mental es lineal y jerarquizada, el aprendizaje a través de un sistema hipertextual implica un cambio en la forma en que se estructura el conocimiento, supone otra forma de conocer. En este sentido, fomentaremos la interconexión de los conocimientos atendiendo más a las relaciones entre ideas que a factores aislados.


2. Estructuración de la información.

Optamos por un diseño de hipermedia estructurado, el cual nos permitirá una organización explícita de los nodos y conexiones asociativas y que nos viene determinada por la propia estructura semántica del material impreso. La estructura del nuevo diseño debe permitir al usuario formarse una idea mental de los conceptos tratados evitando así la posible desorientación.

En primer lugar, procedemos a la reestructuración de la información, considerando los conceptos claves del material y organizándolo en unidades más pequeñas de información, lo que posibilitará una descentralización de la información, aspecto clave en el concepto de hipertexto.

3. Tipo de información e interface de usuario.

Debemos determinar los atributos y criterios de diseño de pantalla, los cuales serán diferentes a los del material escrito (Goodman,1994; Kearsley, 1988). Para ello, tendremos en cuenta consideraciones respecto a: disposición de la pantalla (presencia de "frames", distribución, colores, fondos, presencia de logos, etc.); elementos textuales (determinar la amplitud de cada uno de ellos, selección de la información, palabras claves, enlaces, características de la letra utilizada); selección y elaboración de gráficos, tiras de vídeo, animaciones, imágenes escaneadas; selección, grabación y edición de elementos sonoros; selección de iconos, botones; presencia de campos de ayuda para la orientación del usuario,...

Trataremos, en definitiva, de seleccionar todos los elementos que compondrán nuestro material y de tomar decisiones respecto al diseño del interface del usuario.

4. Interrelación entre la información.

De acuerdo con el concepto de hipertexto estructuramos los nodos en unidades pequeñas de información (textuales, visuales, auditivas) interconectadas, lo que permitirá la ampliación del conocimiento en función del interés, las necesidades, la curiosidad, la experiencia, ó del usuario, siguiendo los criterios de interactividad, flexibilidad y navegación.

Por otro lado, al contrario de la estructura secuencial propia del texto tradicional, optamos por un acceso a la información mediante enlaces entre diferentes documentos (éstos pueden ser tanto los propios del módulo que se está trabajando, como documentos relacionados con otros módulos o documentos de otros autores existentes en Internet).

5. Navegación

La interconexión entre la información y el interface utilizado posibilitarán una navegación simple, intuitiva, consistente y flexible. Para ello, distinguimos dos tipos de herramientas de navegación:


1. Externas: las proporciona el browser o visualizador que se utilice para el acceso a la información (Netscape, Explorer, Mosaicó). Estos proporcionan diferentes herramientas de navegación como la vuelta atrás, delante, bookmarks, imprimir, home, etc.

2. Internas: propias del material elaborado. Estas hacen referencia, por una parte a los nexos (palabras, textos, gráficos, iconos, imágenes) que conectan a otros nodos de información y por otra, a botones e iconos. Pero además, como elementos de navegación, incorporamos también menús (con las diferentes partes que componen el documento facilitando un acceso directo a la parte deseada), mapas de información e índices alfabéticos (para la localización inmediata de informaciones concretas).

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