La tecnología Web está abierta al formato físico de los hiperdocumentos ya que los documentos de la Web están en formato ASCII que cualquier editor de textos puede generar. Por el contrario, los programas o herramientas independientes para generar hipertextos poseen un formato propietario que imposibilita generar o modificar los documentos si no contamos con dicho programa.
Las posibilidades que ofrece la Web, para almacenar y distribuir de forma casi universal e inmediata un inmenso e ilimitado corpus de documentos, han conducido a que Internet, y más concretamente la Web, se haya convertido en una especie de biblioteca total donde cualquiera puede crear sus propios documentos y tener acceso al resto. Además, en la Web se concretan las potencialidades del hipertexto al tratarse de una red abierta que permite conectar, sin límites, todos y cada uno de los documentos existentes en la red de redes. El documento hipertextual parece ceñirse más a unas coordenadas espaciales que a unos límites temporales.
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